Friday, March 18, 2011

¿Desesperanza en un país de miedo?

Foto el Colombiano.

¿Qué tan consientes somos de las oportunidades que nos ofrece nuestro país? Hacemos parte de un círculo caótico de infernales dirigentes, jueces, políticos, grupos informales y demás.
La corrupción, ha sido catalogada como el suicido económico de nuestro dolido país, la triste realidad administrativa y económica nos tiene a los ciudadanos “de a pie” en un molienda absurda. Podríamos preguntarnos, si en verdad los periodistas, que son tan considerados la vos del pueblo, en verdad median para que en algo se apacigüe; podría aseverar que sí. Aunque a otros tantos mucho más dedicados a la labor periodística rigurosa los quieran enmudecer por denunciar tanta corrupción. A todos se nos presentan mil disculpas para justificar por qué no somos un país mejor, y esto viene desde hace mucho años, la comparación y diferencia de los unos con los otros nos está lapidando: antes por diferenciarnos españoles y criollos, luego españoles – criollos - mestizos, después, con los años, liberales – conservadores y ahora narcotráfico – guerrilla – gobierno…


Qué más tiene que pasar para que pensemos en igualdad, en construir y servir con honestidad, para no enajenarnos de las glorias pasadas, de las cuales nos adherimos cuando algo malo nos pasa. Nosotros no somos un país que nos esperanzamos en los logros de varios cantantes, ni en los trofeos que algunos deportistas se ganan y que luego, como todos los logros de algunas personas de bien, que tienen a su espalda fecha de expiración, van derecho al olvido.


Si reina el miedo es porque todos aceptamos que esa fuera, donde está nuestra carta de presentación, porque nos quejamos en el problema pero nunca vamos la solución, solo nos aferramos a fantasear por la cultura de otros países; amamos la forma de vida de los extranjeros porque simplemente somos tan mediocres que no vemos que el cambio está en nosotros mismos.
Será que llegara el día, en que dejaremos de rimar los titulares decadentes y desesperanzadores, a los cuales estamos tan acostumbrados.